Un automóvil de alta gama vendido a un precio de U$S 2.000 es lo suficientemente elocuente como para sospechar que es robado. El Ministerio del Interior desarticuló una banda que traía automóviles robados de Brasil y los vendía a un valor ínfimo con la complicidad de los compradores, que estaban totalmente conscientes de que estaban cometiendo un delito, casi igual al del delincuente que se los vendió. La investigación comprendió automóviles de diferentes gamas y modelos que habían sido robados y clonados y que se vendían a través de las redes sociales.

Hasta ahora fueron incautados 23 después de meses de investigar el ingreso, que se producía básicamente en el departamento de Cerro Largo, a través del paso de la localidad de Rio Branco. El líder de la organización fue detenido y la justicia le tipificó 120 días de prisión preventiva.